Hombre en el Meta contrató por WhatsApp a una supuesta bruja en Santa Marta y terminó extorsionado
Ni era samaria ni era bruja ni era mujer; era un extorsionista.
"María Briseida Ortega, especialista en unión de parejas, nieta de brujos e hija de hechiceros, llevo 32 años de experiencia en el mundo de la hechicería y espiritismo, estuve trabajando en el templo de los maestros Quimbaya en Colombia durante 5 años y en toda América Latina”.
Este aviso fue suficiente para que un ciudadano incauto contactara a esta supuesta bruja para que lo ayudara con su relación sentimental, tras su novia haberle terminado. Lo que no contaba el hombre, residente en Villavicencio, era que a partir de un trabajo de "amarre" para su pareja iba a ser víctima de una extorsión.
Según la Fiscalía, "el denunciante contactó a la persona a quien le confiaría su relación sentimental" y le llamó la atención el anuncio porque en la página web donde proporcionaba esta bruja sus servicios de magia negra decía que era “hija de brujos y nieta de hechiceros”.
Sin embargo, el hombre tuvo sus reservas de la efectividad del trabajo cuando supo que la residencia de la mujer era en Santa Marta, pero cuando se trata de engaños como estos, la supuesta bruja le hizo una propuesta: "era realizarlo por medio de mensajería instantánea. 500 mil pesos fue la suma acordada para iniciar el trabajo, que continuó con el envío de videos y fotografías íntimas suyas y de su expareja. La presión hizo que la víctima realizara una segunda consignación para la compra de materiales y quedar liberado".
De acuerdo con el ente investigador, "a pesar de los pagos puntuales el denunciante nunca vio cambios, y empezó a dudar de la efectividad de los conjuros y mucho más de la posibilidad de que su pareja regresara. El disgusto no se hizo esperar por lo que increpó a la hechicera, quien le exigió más dinero so pena de hacer públicos en redes sociales sus fotos íntimas. La presión hizo que la víctima cancelara alrededor de 1´200.000 pesos".
El hombre denunció ante las autoridades su caso y una vez conocidos los hechos servidores del Gaula se desplazaron hasta el municipio de Santa Rosa de Cabal (Risaralda) a donde eran enviado el dinero y donde capturaron en flagrancia a Fabián Alberto Ramírez Mejía cuando realizaba el cobro del dinero. Fabián era apenas un mensajero instrumentalizado por Murillo.
Ramírez Mejía identificó ante las autoridades a Sebastian Murillo Londoño como la supuesta bruja y también capturado en flagrancia.
El ente acusador legalizó ante la juez 6ª con función de control de garantías la captura de Fabián Alberto Ramírez Mejía, quien recobró de inmediato su libertad.
Los dos procesados continuarán vinculados al proceso. Por su parte, a Murillo la Fiscalía le imputó el delito de extorsión.